Psicología de precios, cómo usar los números a tu favor

¿Alguna vez te has preguntado por qué los números terminando en 99 centavos o en cifras similares apremian más que los números redondos? Quizás hayas sido víctima de una estrategia de marketing muy compleja al comprar un producto en $39 dólares en vez de uno de $40; peor aún, quizás prefieras uno que esté representado simplemente con 30, sin el símbolo de dólares. ¿Sabes por qué pasa esto? Los precios son mucho más que números asignados dependiendo del valor relativo de un producto; de hecho, los precios involucran toda una maquinación para jugar con nuestras mentes y alterar la manera en la que nos comportamos. Es por eso que es imprescindible conocer cómo opera la psicología de precios y, así, usarla a nuestro favor y lograr vender más.

Psicología de precios, deja que ellos se engañen a sí mismos

Existen varios estudios hechos alrededor de la psicología de precios. Alterar la forma en que éstos se presentan al público en los diferentes puntos de venta va mucho más allá de terminar un precio en 9; de hecho, prácticamente todo alrededor importa y está dispuesto de tal forma que altere la forma en que percibes la realidad misma. ¿Crees que exageramos? Veamos algunas de las principales técnicas de psicología de precios y cómo y por qué funcionan.

  • El truco más viejo del libro, terminar un número en 9: existen varias teorías de por qué esto funciona, pero, antes, hay que delimitar dos variantes de esta técnica de psicología de precios. La primera es terminar un precio en centavos que terminen en 9; mientras que la segunda es terminar un número cerrado en 9. Ambas funcionan bajo el mismo principio y las diferentes teorías les aplican. De acuerdo a la primera, se trata de una creencia subconsciente de que existe un ahorro implícito en el precio. Si se expresa de esta forma, se hace creer al cerebro que se está ahorrando algo, aunque sea centavos, lo que se traduce en mayor beneficio al costo del producto.
    Por otro lado, otra teoría sugiere que el cerebro se centrará únicamente en el número de hasta la izquierda y el de la derecha pasará a segundo plano. De esta forma, un precio de 1.99 se sentirá como si se redondeara a 1. Siguiendo esta lógica, la mente humana creerá que la relación entre 1.99 y 3.00 es más cercana a 2.01 que a 1.01 y que, de esta forma, está ahorrando.

Psicología de precios

  • Precios relativos: la psicología de precios es algo muy curioso ya que, como en la vida misma, todo es relativo. Si quieres vender algo de 5000 dólares, colócalo junto a algo de 100000 dólares. Al agregar precios “ancla”, predispones al consumidor a creer que un producto de precio elevado está más a su alcance que de estar por su cuenta.
    Sobre esto, se llevó a cabo un experimento con cervezas. Al ponerse lado a lado dos cervezas, una regular y una Premium de mayor costo, las ventas de la Premium fueron menores que la regular. Cuando se agregó una tercera opción más barata, las ventas de la regular aumentaron, mientras que las de la Premium disminuyeron, algo que no se deseaba. Por último, se agregó una opción ultra Premium a un costo más elevado que la Premium. Como era de esperarse, las ventas de la Premium se dispararon enormemente. Esto se debe a que el consumidor quiere siempre lo mejor y está dispuesto a gastar, por lo que, si le haces creer que realmente lo caro no es tan caro comparado con otras cosas, gastará sin chistar.
  • La ley de Webber: es uno de los principios más comunes en psicología de precios. De acuerdo con esta ley, los cambios marginales entre dos estímulos pasarán desapercibidos por los sujetos, siempre que sean proporcionales a la magnitud inicial del estímulo. Traducido a términos de precios, si un bien es valuado ligeramente más alto o contiene ligeramente menos producto y se vende al mismo precio, tardará a los consumidores notarlo, y lo hará sólo hasta que el cambio sea muy notable e inadmisible. La variación ideal en la Ley de Webber es 10%, por lo que los precios pueden subir en esa proporción o el contenido de un producto vendido en un precio similar puede disminuir hasta en 10% sin que haya problemas.
  • Reducir los puntos de dolor: aminorar deliberadamente la forma en cómo se percibe un gasto es esencial para que la gente esté dispuesta a pagar. Dentro de esto, existen diferentes técnicas:
    • Desestima una cuota con adjetivos: no es lo mismo decir “un cargo de 5 dólares” a decir “un pequeño cargo de 5 dólares”.
    • Reestructura la forma en cómo presentas el precio: no es lo mismo decir que algo te cuesta 100 dólares al año a decir que te cuesta 8.99 al mes. Al manejar números más chicos, aunque el resultado final sea esencialmente el mismo, ayuda a cómo percibe el gasto el usuario.
    • Paquetes y combos: pensamos en los automóviles y los accesorios de lujo. Una persona, difícilmente, querría comprar de manera individual asientos con calefacción o quemacocos, pero, si se vende en paquete, entonces no dudará en subir de nivel su auto y, así, pagar por accesorios y comodidades.
    • Apela al gusto de cada persona: si se trata de una persona pragmática y conservador, habla desde el punto de vista utilitario. Si se trata de una persona más hedonista, apela a su sentido del placer.
  • El tiempo es dinero: esta viaja máxima tiene una nueva connotación en psicología de precios. De acuerdo con estudios realizados, la gente valor más el tiempo que el dinero; entonces, si se hace relación al tiempo invertido frente al dinero gastado, es más fácil crear una conexión con el individuo de manera más íntima. También se demostró, en un experimento separado, que la inversión de tiempo se devuelve en una mayor sensación general de satisfacción. En este ejemplo, se cuestionó a asistentes a un concierto gratuito que esperaron en fila. A un grupo se le preguntó cuánto habrían estado dispuestos a pagar por no estar en línea, mientras que a otros se les preguntó cuánto más tiempo habrían estado dispuestos a pagar por mejores lugares. El gasto en tiempo fue mucho mayor que en dinero; aunado a esto, las personas que más tiempo esperaron en línea y que consiguieron mejores lugares dijeron tener un mayor grado de satisfacción por la experiencia en general.
  • Comparativa de precios: este punto puede resultar contraproducente, por lo que es mejor alejarse de esta estrategia. Se demostró que, cuando se hace una comparativa explícita de un precio contra otros, se pueden dar resultados adversos, como el que el cliente prefiera otro producto más caro, al valorar más la calidad sobre el precio. Entonces, los consumidores pasan de ser bargain hunter a ser value seekers. Desde la psicología de los precios, un costo más alto en dinero afecta directamente cómo perciben un producto en cuanto a calidad. Un medicamento más caro genera un efecto placebo en los usuarios, un vino más caro activa más agresivamente las regiones del placer en el cerebro, un producto más caro es igual a calidad a los ojos de los usuarios Apple; la lista sigue bajo un mismo principio: qué tanto cuesta algo afecta cómo se percibe. Entonces, no siempre es bueno poner tu producto como el más barato.

psicología de precios

  • Precios iguales: tampoco es bueno que tu producto cueste lo mismo que otros productos similares. Estudios demostraron que, cuando se tienen dos productos similares en el mismo precio, los consumidores prefieren no comprar. En cambio, si se altera marginalmente alguno de los precios, se hará una compra en la mayoría de los casos.

psicología de precios

  • Demasiadas opciones: existe algo conocido como la parálisis de análisis. Este fenómeno se da cuanto se presentan demasiadas opciones (estímulos) a un consumidor. Tanta información será sobrecogedora y difícil de procesar, por lo que optará por no comprar.

Con estos consejos prácticos sobre psicología de precios, puedes empezar a rediseñar tu estrategia y la forma en cómo presentas tus productos al público.

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El consumidor latino, sus gustos y hábitos

consumidor panameño

Panamá es uno de los mercados más importantes en la región, debido a su ubicación privilegiada y a las oportunidades comerciales y financieras que el país tiene que ofrecer. Como hemos mencionado antes, la penetración de las plataformas digitales, como Internet, telefonía móvil y el Internet móvil han promovido el crecimiento del e-commerce y del uso de redes sociales, pero, para poder venderle a el consumidor panameño, hay que conocerlo. Este pequeño análisis de los hábitos y preferencias del consumidor panameño te ayudará a saber cómo apelar a éste y, así, hacer llegar tu mensaje o producto.

El consumidor panameño como una especie en evolución

El consumidor panameño no es el mismo que hace vente, quince o hasta 10 años. Hoy en día, las nuevas generaciones e, incluso las viejas, han girado sus tendencias y preferencias hacia otros caminos. Otro factor a considerar, además de la globalización y la llegada de información del exterior por medios digitales, lo que genera aspiracionalidad, es el incremento de la capacidad adquisitiva de los panameños. Ahora que tienen más ingresos para gastar, entonces tienen la posibilidad y la disposición de gastar más en productos más caros, diferentes y arriesgados.

Un ejemplo de esto se ve claramente en la marcada tendencia por el consumidor panameño por preferir los productos orgánicos. Pese a tener, en promedio, un valor de entre 20% y 30% superior a productos que no siguen prácticas ecológicamente sustentables, son de producción orgánica y están libres de químicos, jóvenes profesionales de 23 años en adelante han adoptado un consumo que, anteriormente, se restringía prácticamente a extranjeros. A decir de esto, en la capital del país, hay al menos 12 restaurantes de prestigio que sirven en sus cartas productos orgánicos, con el fin de apelar a este nuevo gusto del consumidor panameño. Otro ámbito llamativo, es el e-commerce en Panamá, cada vez más personas compran a través de plataformas digitales.

También sucede algo similar con el consumo de cerveza. Durante más de 100 años, la cerveza nacional ha tenido una dominancia total del mercado y ha sido el referente inmediato del consumidor panameño. Esto ha cambiado significativamente y, ahora, los panameños están volteando a ver las marcas internacionales. Si bien más de 70% de las ventas totales de cerveza son de marcas nacionales, la marca que más se vende en autoservicios es Miller, una marca extranjera. Esta tendencia por preferir las marcas Premium, tanto para su consumo in situ como en puntos de venta sólo seguirá creciendo, lo que marca un claro cambio de preferencias y hábitos por parte del consumidor panameño, quien ahora voltea a ver marcas que antes no estaban en su espectro o a su alcance.

Pero no todo es positivo en cuanto a los hábitos del consumidor panameño. De hecho, la más reciente encuesta de índice de confianza del consumidor reveló una pérdida de 12 puntos con respecto al año anterior. Esto significa que el consumidor panameño, al estar más informado y tener más acceso a datos que no tenía antes, está siendo un consumidor que está al pendiente de las marcas; es un consumidor que cuestiona y duda y no sólo compra. Sin embargo, también se encontró, en un estudio distinto, que el consumidor panameño no planifica sus compras y no sabe distinguir de entre un deseo y una necesidad. Esto genera que exista un mayor índice de endeudamiento y menor margen para el ahorro.

¿Cómo apelar entonces a este mercado? Se trata de hacer un acercamiento fuerte al factor aspiracional y a la novedad. Al tener acceso a más información de fuera, así como a productos más caros y distintos, el consumidor panameño se da el lujo de ser más atrevido en su consumo, y los productos extranjeros y orgánicos, es decir, los que están en boga, son altamente atractivos.

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Mascotas de marcas – su importancia en marketing digital

mascotas de marcas

Durante décadas, la industria de la publicidad se ha valido del recurso infalible de las mascotas, para promocionar las marcas o para crearles personalidad y un elemento distintivo del resto. Las mascotas son, al final, un canal de comunicación directo y menos agresivo que una estrategia de ventas tradicional, un rostro amigable y reconocible que suplanta la frialdad de una marca sin rostro.  En la era digital, la popularidad y el éxito de las mascotas ha logrado probarse, de nuevo, como un hecho contundente, ya que los medios digitales permiten un nivel de interactividad que la publicidad tradicional no alcanzaba a tocar.

Mascotas, la forma más amigable de vender

Estadísticamente, las mascotas hacen maravillas por la mayoría de las marcas que las utilizan como agentes de relaciones públicas. Por ejemplo, se han tenido registros de mascotas que genera un incremento de la conversación sobre la marca en Internet hasta en 22.14%. Algunas mascotas, como el Oso de Charmin, generan hasta 554% más shares en publicaciones en redes sociales que cualquier otro tipo de publicación. Siendo este último dato, una guía para enmendar los errores que estás cometiendo en redes sociales y darle un impulso a tu comunicación en este área.  ¿Qué nos dice esto? Que las mascotas son mejores vehículos de comunicación y que generan un engagement mayor de las personas. Pero, ¿por qué sucede esto?

A diferencia de la autopromoción fría y descarada que una marca realiza a través de redes en el que el mensaje final suele ser “compra mi producto”, las mascotas se presentan como entidades aparte de la marca, personajes lindos, carismáticos, divertidos, accesibles y, sobre todo, relacionables. Dentro de estos, por ejemplo, se encuentran Flo, the Progressive girl, mascota de la marca estadounidense Progressive; el greco de GEICO, o hasta el mismo Tigre Toño, quien ha migrado a medios sociales y ha generado un impacto enorme.

mascotas

Sin importar si son niños o adultos, la imagen de una mascota se proyecta en un nivel muy básico, sencillo y amigable, lo suficiente como para invitar al público objetivo a escuchar su mensaje y crear un vínculo con la marca o el producto que se está promocionando. Claro que lo importante es, sobre todo, desarrollar una personalidad reconocible y única para la mascota, como la extroversión característica de Flo, así como enfatizar la creación de contenido dinámico, entretenido y atrapante, y prestar atención especial al contenido generado por usuarios, el cual tiene libertad de compartir sin que esto se sienta forzado.

Al final del día, la presencia en redes de una marca se ve fuertemente reforzada por una mascota, ya que, por su propia naturaleza, tiene mucha más libertad, rango y posibilidades de movimiento e interacción que un Community Manager o una marca que opera desde el respaldo únicamente de un logo puede tener. Si nos hablaron como niños, nada impide que nos sigan hablando como adultos, más aún, en una era en donde la comunicación y la cercanía son vitales. Si aún no la tienes, considera la idea de implementar una mascota en tu marca, probablemente ayude a que factores como sus redes sociales, sean más rentables.

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